sábado, 20 de febrero de 2010

Diario de una Ninfomana

Hace dos años cuando me encontraba en Madrid, llegó a mis manos un libro que desde el título me sorprendio e intereso mucho, su nombre era Diario de una Ninfomana, un libro escrito por Valérie Tasso,una autobiografía donde narra sus vivencias en el ámbito amoroso y sexual de una mujer preparada exitosa que lo único que quería era descubrir sus inquietudes sexuales, que incluso la llevaron a ser prostituta de lujo, un libro escrito a contracorriente de la actitud políticamente correcta con respecto al sexo, un escrito que muestra que hasta en las peores situacines se puede encontar el amor.

Y es que en estos días me sigue sorprendiendo como el sexo sigue causando tanto temor además de vergüenza entre las personas, continuamos sintiendo miedo al decir palabras tan simples como pene, vagina y orgasmo. De ahi también viene que México sea uno de los paises con peor educación sexual y con un alto índice de embarazos no deseados.Y es que es nuestro país a pesar de todo sigue existiendo mucho machismo y una gran doble moral, dos grandes problemas que ojalá se puedan erradicar.

No entiendo porque nos da tanta pena hablar de sexo cuando, es la mejor manera de conocerse a uno mismo, porque es el terreno en el que la vulnerabilidad de cada persona aflora por completo. El sexo es un buen camino para alcanzar una serenidad que, no nos engañemos, a veces no llega hasta las etapas más tardías de la vida o incluso no llegá nunca.

El libro de Valérie Tasso me puso a pensar que la ninfomanía no existe, es un invento del hombre. Hay perfiles adictivos pero el sexo, en sí, no crea adicción.
"Ninfomanía" significa furor uterino,y sabiendo esto te daras cuenta que no tiene nada que ver el útero con las ganas de tener sexo. Y ahí siguen los tópicos, aun hombre que le encante mantener relaciones sexuales se le aplaude porque es un machote que sabe disfrutar de la vida.

La palabra equivalente sería "satiriasis": el hombre sátiro, pero nadie lo utiliza. En cualquier caso, porque ninguna de las dos hacian falta. El deseo femenino es algo realmente complejo que nosotros los hombres no acabamos de comprender, por eso sentimos la necesidad de controlarlo. Ahí es donde entra la moral ¿para qué sirve? Son los limites que cada uno se pone para no sentir pánico. Yo me puedo definir como un tipo inmoral con pretensiones de amoral que intenta explicar que el sexo no es sinónimo de vulgaridad, y que en la vida no hay nada peor que temerse a uno mismo, porque el miedo es una cadena perpetua.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Amigas Sin Derecho a Nada

¿Quién ha dicho que una lesbiana no puede llegar a ser la mejor la mejor amiga de un hombre?. Me pregunto ¿Tener una una mejor amiga lesbiana es al hombre lo que tener un mejor amigo gay a la mujer?

No conozco a ningún hombre que necesite meterse con un asesor en el probador de ropa de cualquier gran almacén, por mencionar el principal servicio que los amigos gays hacen a las mujeres, además de palparles los senos para para decretar si la cirugía plástica salió bien.

No soy el amigo gay de ninguna mujer aunque lo haya fingido alguna vez precisamente para poderme colar en el probador de ropa, pero creo que que esa relación está basada en la necesidad de un cofidente que permanezca de guardia las 24 horas del día. Y para eso, los hombres suelen recurrir a los bartenders, los más civilizados, y a las prostitutas los más brutos.

Para la mujer, relacionarse con un hombre con el que no hay tensiones sexuales también sirve para obtener información de los hombres en general, como si tuviera un espía infiltrado. Pero no estoy seguro de que funcione igual al revés.

De hecho, que un hombre tenga como mejor amigo a una lesbiana es algo que solo puede satisfacer a su esposa o novia, la del hombre no, la de la lesbiana, porque se quedará tranquila sabiendo que su marido o novio no acabará perdiendo la ropa interior en esa relación.

En todas sus relaciones con mujeres deseables, al hombre siempre le estimulará la posibilidad de acabar teniendo sexo. Solo por eso aceptamos tener amigas: por si acaso se emborrachan y se entregan. Frecuentar a una mujer con la que esa posibilidad no existe porque tiene el mismo gusto que nosotros por Megan Fox es tan absurdo como perder el tiempo viendo un auto que jamás podrás comprar. Hay una excepción por la que puede se compensar, que la amiga lesbiana tenga una amiga bisexual que le pida un amigo para hacer un trío y seas tú el beneficiado porque pasabas por ahí y además te tienen confianza.

Por lo demás, ya digo es mejor recurrir a un amigo bartender. Imaginate además, que esa amiga lesbiana es increiblemente hermosa: ¿hay una tortura mayor que vivir en intimidad con alguien así, dándose piquitos de amigos y caricias entrañables, sabiendo que no pasará de eso y que no será ella la que alivie el calentón contraído?
Una mujer con confianza para salir desnuda despues de bañarse delante de ti pero que jamás te regalará su cuerpo ¿hay algo más cruel que eso? El único favor que podría hacernos es ayudarnos a ligar: el hombre que llega, por ejemplo a una fiesta muy glamurosa, llevando del brazo a una mujer guapísima que se hace pasar por su conquista, ese hombre tendrá a los ojos de las demás invitadas un prestigio que hará fácil la obtención de números de teléfono. En eso si puede servirnos una amiga lesbiana.